Ha acabado la época de la peste bovina, pero no se cierra el caso
Desde la
óptica de la epidemiología, el mundo ha entrado en la época “posterior a
la peste bovina” con la erradicación de la enfermedad. Sin embargo,
desde una perspectiva más amplia, la red de instituciones que
participaron en la campaña de erradicación tiene posibilidades de seguir
aportando contribuciones positivas a la investigación veterinaria y a
la mejora de la gestión de las enfermedades animales.
Hasta ahora no podían apreciarse debidamente los
efectos socioeconómicos de la erradicación de la peste bovina. Con ella
se ha protegido a decenas de millones de criadores de las pérdidas de
cabezas de ganado, y se ha protegido a poblaciones de fauna silvestre de
distintos continentes, con lo cual se ha salvaguardado la biodiversidad
y la capacidad de recuperación de los sistemas ecológicos. El Chad
atribuye el 3 % de aumento de su PIB a la ausencia de peste bovina. En
toda Etiopía los hogares percibieron ingresos extra por valor de 38,1
millones de euros como consecuencia del control y la erradicación de la
peste bovina. Los países han podido determinar sus tasas de rendimiento
interno en relación con un intervalo de la tasa costo-beneficio que va
del 11 % en Côte d’Ivoire a un 118 % en Burkina Faso.
En total, la FAO estima que, solo en África, la
erradicación de la peste bovina ha reportado beneficios económicos
anuales por valor de 920 millones de dólares EE.UU., lo cual pone de
relieve la importancia de prestar apoyo a programas encaminados a
impedir que vuelva a brotar el patógeno de esta enfermedad, así como a
otros que tienen por objeto mejorar la gestión y la prevención de otras
enfermedades que afectan al ganado, la biodiversidad y la seguridad
alimentaria y nutricional a escala mundial.
La investigación sobre la peste bovina puede proseguir en laboratorios biosegurosAunque
se ha erradicado la peste bovina de los campos y los pastos, las
muestras de virus siguen bastante vivas en las decenas de laboratorios
que participaron en la campaña de lucha contra la enfermedad. En los
congeladores de estos laboratorios se guardan muestras usadas para
diagnosticar o estudiar la enfermedad en los animales sometidos a prueba
o para fabricar vacunas.
La FAO colabora actualmente con asociados para
determinar la mejor manera de destruir las cepas restantes de muestras
conservando algunas (en entornos de máxima seguridad de instalaciones
bioseguras) a fin de seguir investigando o preparar vacunas, en caso de
que fuera necesario.
Para ello hace falta colaborar con ministerios y con
los laboratorios donde se guardan las cepas para determinar las futuras
investigaciones que podrían llevarse a cabo, de ser necesario. Por
ejemplo, la viruela se erradicó en 1978, pero los laboratorios siguieron
estudiando cepas de distintas partes del mundo. Lo aprendido en la
época posterior a la viruela ha contribuido a entender mejor otros virus
del mismo género que la viruela. De hecho, los actuales estudios sobre
la viruela caprina, que afecta al ganado vacuno, ovino y caprino, se
comparan con la investigación centrada en la viruela. Esos estudios
podrían resultar útiles si más adelante surgen enfermedades semejantes.
El hecho de que la peste bovina ya no sea un peligro
en los campos quiere decir que los veterinarios jóvenes y el personal
de sanidad animal de las comunidades, así como los agricultores y los
criadores, nunca han presenciado sus causas efectivas, con lo cual no
están preparados para hipotéticos brotes de la enfermedad. En ese
sentido, no solo es necesario que los veterinarios sigan aprendiendo a
reconocer y controlar la peste bovina; también deben mantenerse
actualizadas las vacunas y el material de diagnóstico empleado para
identificar la enfermedad.
Un tesoro oculto en muestras de sangreEn
numerosos laboratorios de todo el mundo se guardan muestrasde suero
sanguíneo tomadas de animales durante la labor de vigilancia y
erradicación. Dada la gran extensión de la campaña, se tomaron en zonas
muy remotas a las que los investigadores nunca habían tenido acceso
antes y, probablemente, nunca volverán a tenerlo. Desde un principio, la
FAO reconoció el potencial que encerraban de generar información con
miras a futuras investigaciones, por lo que pidió a los laboratorios que
almacenaran debidamente las muestras. Con ello, los laboratorios
disponen actualmente de miles y miles de frascos llenos de pistas que
pueden llevar a discernir la huella de otras enfermedades, como la
fiebre aftosa o la fiebre del Valle del Rift. Sacarlas de los
congeladores y estudiarlas podría ser la primera etapa de una búsqueda
del tesoro que ampliaría los conocimientos veterinarios sobre la
prevalencia de las enfermedades y su ámbito geográfico.
Datos clave
Cabe
afirmar que el virus de la peste bovina fue la primera arma empleada en
lo que hoy se conoce con el nombre de “bioterrorismo”. Cuenta la
leyenda que Gengis Kan mezcló ganado infectado de peste bovina con
rebaños de sus enemigos para cortarles el suministro de alimentos, con
lo cual sería más fácil conquistarlos. En épocas más recientes, un brote
surgido en los años ochenta del pasado siglo acabó con la vida de
millones de cabezas de ganado y rumiantes silvestres de toda África y
siguió teniendo efectos devastadores en los agricultores y pastores de
algunas de las zonas rurales más pobres del planeta. Al día de hoy,
gracias a la labor de la FAO, sumada a la de diversas organizaciones
internacionales y servicios veterinarios nacionales, se ha borrado la
peste bovina de la faz de la Tierra. En 2011 se declaró erradicada. La
labor concertada mundial encaminada a acabar con la peste bovina, que se
remontaba a muchos decenios atrás, culminó con éxito gracias al
Programa mundial de erradicación de la peste bovina dirigido por la FAO
en África, el Oriente Medio y Asia. Lejos de considerar que la
erradicación pone punto final al asunto, la FAO cree que con ella se
abre una oportunidad de acabar con otras enfermedades veterinarias
devastadoras a partir de la experiencia adquirida con la peste bovina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario